La llegada del PP al Gobierno ha acrecentado la técnica de culpar a los anteriores gestores de todos los males que nos acucian. El PP se enfunda en la bandera de la “herencia recibida” para no asumir ninguna de sus responsabilidades, aquellas que democráticamente les otorgaron los ciudadanos y ciudadanas en las pasadas elecciones, gobernar.
Nadie puede negar que existiera una crisis económica antes de la llegada del PP, pero tampoco, nadie puede negar que a pesar de esa crisis, manteníamos un estado del bienestar que nos garantizaba la igualdad de oportunidades a todas y todas.
El PP llegó al Gobierno con promesas de más empleo y más prosperidad, dentro de poco se cumplirá un año de su elección y aquellas promesas se han desvanecido. Por desgracia no queda todo aquí. El PP ha ido más lejos. Con la coartada de la crisis, la herencia recibida y “hacer lo que hay que hacer” el PP rompe este país e implanta su idea de transición que no pudo realizar tras la muerte del dictador. Recuerdo una viñeta aparecida en los medios de comunicación que describe perfectamente el pensamiento de los dirigentes del PP: “Por desgracia los mercados nos obligan a poner en marcha unas políticas que estábamos deseando poner en marcha”
La crisis no puede ser la excusa que utilice el PP para “hacer lo que quiere hacer” una sociedad más injusta e insolidaria. Las sociedades avanzan cuando todos y todas avanzamos. No podemos construir una sociedad donde la quiebra social haga que no todos disfrutemos de las mismas oportunidades de progreso. En momentos de dificultad económica, social y política, lo único que no se puede hacer es cargar sobre las espaldas de los ciudadanos más castigados por la crisis la solución de los problemas que ellos no causaron. No es justo.